Aranceles no remedian el déficit comercial de los Estados Unidos

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● La medida de Donald Trump de imponer aranceles a los productos de importación no revertirá el gran déficit comercial de los Estados Unidos ni la medida reimpulsará la manufactura en el territorio estadounidense

El presidente Donald Trump anunció el lunes 10 de febrero que Estados Unidos impondrá aranceles del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio, incluidas las provenientes de Canadá y México. “Todo el acero que entre en Estados Unidos va a tener un arancel del 25%”, declaró el mandatario mientras volaba en el Air Force One de Florida a Nueva Orleans para asistir al Super Bowl.

Trump considera que el déficit comercial de Estados Unidos con el mundo es demasiado alto, especialmente con México. Por ello, sostiene que es necesario implementar medidas para corregir dicho desbalance, y la mejor solución que ha encontrado es la imposición de aranceles a los productos de importación. Con esta estrategia, pretende forzar a las industrias a establecerse en Estados Unidos y así revitalizar el sector manufacturero del país.

“¡Tenemos un déficit con México de 350 mil millones de dólares! No voy a permitir que eso suceda”, afirmó el presidente.

Sin embargo, el déficit comercial no es un problema estructural que amenace el bienestar de los estadounidenses ni equivale a un “subsidio” de Estados Unidos a los países con superávit, como erróneamente ha afirmado Trump.

Existen tres factores principales que explican el déficit comercial de Estados Unidos con México:

1. Integración regional productiva: Desde hace mucho tiempo, Estados Unidos depende de México en diversos sectores, como la industria automotriz. En este rubro, las autopartes fabricadas en México, muchas veces con insumos intermedios chinos, cruzan la frontera varias veces antes de que los vehículos sean ensamblados en territorio estadounidense y vendidos en ese mercado.

2. Diferencias en costos de mano de obra: La mano de obra en México es significativamente más barata que en Estados Unidos, lo que motiva a los inversionistas a instalar fábricas en territorio mexicano para optimizar costos de producción.

3. Preferencias del consumidor estadounidense: Los estadounidenses buscan precios más bajos para los productos y servicios que consumen, lo que favorece la importación de mercancías mexicanas libres de aranceles. Un ejemplo de esto es el sector agroalimentario: el 54% de las frutas y verduras que se consumen en Estados Unidos provienen de México.

El intento del gobierno estadounidense de imponer aranceles al acero y aluminio mexicano no es nuevo.

El 30 de enero de 2020, el Departamento de Comercio de Estados Unidos publicó su resolución final, en la que determinó que las exportaciones mexicanas de estructuras de acero se realizaron en condiciones de dumping y con beneficios de subvenciones. Sin embargo, el caso fue revisado por un panel internacional.

Meses después, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos concluyó que las exportaciones mexicanas de acero no causaban daño a la industria estadounidense. Como resultado, el gobierno de Estados Unidos no impuso cuotas compensatorias por dumping ni por subvenciones.

A pesar de ello, los industriales del acero en Estados Unidos continúan reclamando que los productos de acero mexicano perjudican a su industria. No obstante, este argumento carece de fundamento, ya que en 2023 las exportaciones mexicanas de productos de acero terminados representaron solo el 2.5% del mercado estadounidense, mientras que Estados Unidos capturó el 13.9% del consumo del mercado mexicano. De hecho, las exportaciones de acero de Estados Unidos a México aumentaron en 2023, mientras que las exportaciones mexicanas hacia el vecino del norte disminuyeron casi un 30%.

Ante la amenaza de nuevos aranceles al acero y aluminio mexicano, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo declaró en su conferencia matutina del lunes 10 de febrero que era necesario actuar con cabeza fría para tomar la mejor decisión frente a estas medidas de Donald Trump, que afectan el comercio global.

La imposición de aranceles a productos importados desde México tendría graves repercusiones para ambos países. Además de encarecer bienes y servicios a ambos lados de la frontera, provocaría un aumento de la inflación en la región y una menor oferta de empleo. Sin embargo, esta medida no resolverá problemas como la migración, el tráfico de drogas ni el consumo de estupefacientes en Estados Unidos. Tampoco revertirá el déficit comercial de ese país ni reactivará su industria manufacturera de manera significativa.

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