Estrés hídrico afecta el pago del agua a Estados Unidos

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Cumplir con el compromiso de México en el Tratado de Aguas Internacionales con Estados Unidos se ha convertido en un desafío debido al estrés hídrico y la corrupción en el manejo del agua en Chihuahua.

El gobernador de Tamaulipas, en su tercer informe de gobierno, abordó la crisis del embalse de la presa Falcón, que ha alcanzado uno de sus niveles más bajos en la historia. Destacó que, gracias a su gestión ante la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de Relaciones Exteriores, el pago de agua a EE.UU. no se realizará sin el conocimiento y la opinión de Tamaulipas.

El estrés hídrico ha generado conflictos entre estados, como el que actualmente enfrentan Chihuahua y Tamaulipas. Chihuahua se niega a enviar agua a los agricultores tamaulipecos, argumentando que el recurso es necesario para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944 y para el consumo local.

¿Qué establece el Tratado de Aguas de 1944?

Este acuerdo, firmado el 3 de febrero de 1944, establece que México debe entregar a EE.UU. agua del Río Bravo, mientras que EE.UU. debe proporcionar agua del Río Colorado a México. La contabilidad de la entrega se lleva en ciclos de cinco años, y en caso de sequía extrema, los faltantes pueden reponerse en el siguiente ciclo. Además, si las presas internacionales alcanzan su capacidad con agua de EE.UU., el ciclo se da por concluido y cualquier deuda queda cancelada.

El tratado establece que México debe entregar 2,158.5 millones de metros cúbicos de agua por ciclo, lo que equivale a un promedio de 431.7 millones de metros cúbicos anuales.

Presión desde Texas

El pasado 15 de marzo, el Senado de Texas urgió al gobierno de Donald Trump a exigir a México el cumplimiento del tratado, argumentando que la deuda ha causado pérdidas económicas en el Valle del Río Bravo. El senador Charles Perry incluso sugirió incluir este tema en las negociaciones comerciales para presionar a México.

Los legisladores texanos advirtieron que la escasez de agua ha impactado a la industria agrícola, provocando el cierre del último ingenio azucarero de Texas y pérdidas cercanas a mil millones de dólares anuales.

Hasta la fecha, México solo ha entregado el 24.5% del agua pactada (530.236 millones de metros cúbicos), según la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). Además, las presas internacionales La Amistad y Falcón están en niveles críticos, con 13% y 11% de su capacidad, respectivamente.

La disputa Chihuahua-Tamaulipas

Los productores tamaulipecos han solicitado a Conagua la implementación de un proyecto para trasladar agua desde Chihuahua, específicamente de las presas La Boquilla y Luis L. León, hacia el Río Bravo y la Presa Internacional La Amistad.

El plan original contemplaba extraer 120 millones de metros cúbicos de la Presa Luis L. León, destinando una tercera parte al pago de la deuda con EE.UU. y enviando 70 millones de metros cúbicos a La Amistad.

Desde 2012, Tamaulipas ha insistido en esta opción para garantizar el riego de 210 mil hectáreas del distrito 025. Sin embargo, en 2020, la extracción de agua de las presas chihuahuenses en plena sequía provocó protestas violentas de campesinos, azuzados por políticos del PRI y el PAN, entre ellos exgobernadores y el entonces mandatario estatal, Javier Corral.

Corrupción y mercado negro del agua en Chihuahua

El conflicto hídrico no solo es consecuencia de la sequía, sino también de años de corrupción en la asignación de concesiones de agua. En Chihuahua, contar con una concesión representa un negocio millonario, lo que ha generado un mercado negro del agua, donde empresas agrícolas ligadas al poder político han monopolizado el recurso.

En 2013, el expresidente Enrique Peña Nieto firmó ocho decretos que prohibían la perforación de pozos sin concesión federal. Sin embargo, entre 2013 y 2018, en Chihuahua se registraron más de 4,300 constancias de extracción, muchas de ellas sin verificación adecuada.

Un caso emblemático es el acuífero El Sauz-Encillas, en déficit desde hace 23 años, donde en 2013 se otorgaron 40 constancias de libre alumbramiento, 31 de ellas a solo dos empresas: Agroindustrias BVM y Ronsi S.A. de S.C., vinculadas al empresario Sergio Aguilar Weber, cercano al exgobernador César Duarte.

Otro beneficiado ha sido Agropecuaria La Norteñita, que recibió 84 concesiones adicionales a las 33 que ya tenía, además de otras vinculadas a su fundador, Salvador Corral Piñón.

La industria de la nuez y el agotamiento del agua

Chihuahua es el principal productor de nuez en México, pero su cultivo es altamente demandante de agua: se requieren 7,500 litros de agua para producir un solo kilo de nuez. Esto ha llevado a la sobreexplotación de acuíferos mediante pozos ilegales, agravando la crisis hídrica.

Las acciones del gobierno de Tamaulipas

Ante esta crisis, el gobierno de Américo Villarreal Anaya ha impulsado proyectos para mitigar el impacto del estrés hídrico en Tamaulipas. Durante su tercer informe de gobierno, destacó la modernización del distrito de riego 026, con una inversión de 4,100 millones de pesos, para mejorar la producción agrícola y recuperar volúmenes de agua para el consumo humano.

Asimismo, anunció la construcción del Dique El Moralillo y una planta de tratamiento de aguas residuales en Nuevo Laredo, para atender la crisis de la Laguna del Chairel, que abastece a 800,000 habitantes y ha llegado a niveles críticos.

Conclusión: Un problema que exige soluciones inmediatas

La disputa entre Tamaulipas y Chihuahua debe resolverse con una revisión del Tratado de Aguas de 1944, el combate a la corrupción en la gestión de concesiones y una distribución más equitativa del recurso. Es fundamental evitar que intereses políticos sigan entorpeciendo las soluciones y afectando a los productores agrícolas de ambos estados.

Eduardo Esquivel

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