
Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del proteccionismo
Las recientes modificaciones en las políticas comerciales del gobierno de los Estados Unidos reflejan un retorno al proteccionismo, una visión que se aleja del libre comercio y que, además, vulnera las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), afectando la estabilidad de las transacciones internacionales, cuyo objetivo primordial durante décadas ha sido la apertura y la cooperación económica global.
El principal objetivo de la OMC, organismo rector del comercio internacional, es facilitar y liberalizar el intercambio comercial entre los países del mundo, promoviendo la libre competencia y el desarrollo económico global.
Actualmente, la OMC cuenta con 166 miembros que representan el 98% del comercio mundial. Su sede permanente se encuentra en Ginebra, Suiza. Esta organización fue fundada el 1 de enero de 1995 como resultado de las negociaciones de la Ronda Uruguay (1986-1994), sucediendo al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), vigente desde 1948.
Uno de los principales logros de la OMC ha sido la reducción de aranceles a nivel mundial. En 1947, los aranceles promedio de los principales participantes del GATT rondaban el 22%; tras la Ronda Uruguay, en 1999, se redujeron al 5%.
La guerra arancelaria iniciada por el entonces presidente de los Estados Unidos está socavando los acuerdos que regulan el comercio internacional y reavivando el proteccionismo, una práctica que parecía haber quedado en desuso.
Conviene recordar que el proteccionismo es una política económica orientada a proteger la producción y el empleo nacional mediante la limitación de las importaciones, ya sea a través de aranceles, cuotas u otras barreras comerciales.
El modelo económico neoliberal adoptado en Estados Unidos y en muchos otros países durante las últimas décadas se basa en el libre comercio, lo cual impulsó la globalización. Esto permitió aprovechar mano de obra barata en regiones como Asia y México, pero también provocó una desindustrialización significativa en Estados Unidos, generando problemas como el endeudamiento y el déficit comercial.
Uno de los instrumentos clave para promover el libre comercio fue la Organización Mundial del Comercio, que facilita los acuerdos comerciales entre las naciones. Uno de los principios fundamentales que deben aplicar sus miembros es el Trato de la Nación Más Favorecida (NMF), que implica otorgar a todos los socios comerciales el mismo trato favorable.
No obstante, los países miembros pueden ajustar sus aranceles, siempre y cuando no superen los niveles consolidados acordados.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es un acuerdo que forma parte del marco jurídico internacional de la OMC y regula el comercio entre estos tres países. Gracias a este tratado, una gran variedad de productos se intercambian sin aranceles. Sin embargo, no todas las exportaciones mexicanas a Estados Unidos están amparadas por el T-MEC, ya que muchos productos —en especial del sector automotriz y de autopartes— no cumplen con el porcentaje mínimo de integración regional exigido.
En esos casos, las mercancías ingresan al mercado estadounidense bajo el régimen de la Nación Más Favorecida, con un arancel del 2.5%. No obstante, cuando el gobierno de Donald Trump impuso un arancel del 25% a cualquier automóvil importado, la cláusula de NMF perdió su efecto.
El T-MEC establece que los automóviles deben tener un valor de contenido regional del 75% para evitar aranceles, un aumento respecto al 62.5% que exigía el antiguo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el cual fue renegociado y sustituido por el T-MEC.
En 2024, solo el 45.17% de las exportaciones mexicanas del capítulo 87 (sector automotriz) cumplían con las reglas de origen regional del T-MEC. Es decir, casi la mitad de las exportaciones del sector que cumplen con el tratado corresponden exclusivamente a la industria automotriz.
Hasta ahora, los productos mexicanos amparados por el T-MEC continúan ingresando al mercado estadounidense con arancel cero, excepto en el caso de automóviles, autopartes, acero y aluminio.
La guerra arancelaria desatada por Estados Unidos está redefiniendo el orden del comercio internacional y socavando las bases del libre comercio. Como resultado, las normas de la OMC parecen perder vigencia práctica, y el mundo parece encaminarse hacia una nueva era de proteccionismo.
Eduardo Esquivel Ancona
Claro y preciso, gracias