Producción y tráfico de armas de Estados Unidos a México

El reconocimiento del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre la venta de armas que lleva a cabo con grupos de la delincuencia organizada en México sin ningún control estricto, así como la complicidad que hay entre funcionarios aduanales de ambos países para permitir el libre tránsito del toneladas de armas de alto calibre, no es nada nuevo ni representa la revelación de un secreto. Es el cinismo gringo revestido de conservadurismo imperante.

Como lo reconoce en su reporte público esa institución gringa, el 74 por ciento de las armas que utilizan los grupos delincuenciales en territorio nacional para provocar muerte, destrucción y caos provienen de las fábricas establecidas en Estados Unidos. Así lo dio a conocer Alejandro Hertz Manero, Fiscal General de la República al participar en la conferencia mañanera del pasado jueves 9 de enero. Este dato surgió en el marco de la presentación de la estrategia de construcción de paz impulsada por la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.

Es bien conocido que esta relación desigual entre surtidor de maquinaria de muerte y clientes despiadados y sin rostro, tiene su antecedente más nefasto durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, cuando desde las más altas esferas del poder se permitió el acceso de miles de armas y municiones a México con el propósito de hacerlas llegar a grupos de la delincuencia organizada que se disputaban el control de las rutas del trasiego de drogas, para con ello, aumentar su capacidad de fuego.

La Presidenta y el Fiscal general hablaron del tema en clara referencia a los datos que publicó el propio Departamento de Justicia. En ese sentido, Claudia Sheinbaum recordó que hace unos años los presidentes Andrés ManuelLópez Obrador y Jeo Biden abordaron de manera seria este asunto en varias reuniones bilaterales con miras a disminuir al mínimo el tráfico de drogas de México a Estados Unidos, pero también el tráfico de armas de allá hacia acá.

En voz de la propia presidenta, se dejó ver que habrá una relación más firme frente al gobierno del próximo presidente Donald Trump para contener tanto el tráfico de drogas pero también el de armas. “Así como a ellos les preocupa el tráfico de drogas a su país, a nosotros nos preocupa el tráfico de armas al nuestro”, sentenció.

Por su parte el Fiscal General, Hertz Manero, hizo una dura y clara crítica hacia esa política norteamericana de producción y exportación de armamento de alto calibre, así como su poca voluntad para cooperar con miras a resolver este problema bilateral que es asunto de los dos países.

David Juárez

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