Tengo otros datos

El arancel al jitomate mexicano: una medida que perjudica más al consumidor estadounidense
La decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer un arancel al jitomate proveniente de México afectará principalmente al consumidor estadounidense, quien deberá pagar más por el producto.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos ha determinado que, a partir del 14 de julio, la mayoría de los jitomates importados desde México estarán sujetos a un arancel del 20.91%. Esta medida se tomó tras la salida del país del Acuerdo de Suspensión del Jitomate, alegando que dicho acuerdo no protegía adecuadamente a los productores nacionales. Esto ha sido celebrado por algunos “seudo-analistas económico-financieros”, como Mario Di Constanzo; sin embargo, la realidad es que esta decisión perjudicará al consumidor estadounidense y beneficiará poco o nada a los agricultores de Florida, quienes enfrentan costos de producción mucho más elevados que las agroindustrias de Sinaloa. Además, el jitomate mexicano es de mejor calidad.
Cabe recordar que el Acuerdo de Suspensión del Jitomate no fue una iniciativa del gobierno de Donald Trump. Esta disputa se remonta a 1996, cuando productores agrícolas de Florida solicitaron al Departamento de Comercio una investigación antidumping contra la industria mexicana. En ese entonces, el gobierno demócrata de Bill Clinton optó por no aplicar medidas proteccionistas y firmó el acuerdo, el cual es revisable cada cinco años.
El acuerdo establecía que los productores mexicanos no debían pagar cuotas compensatorias por sus exportaciones. En mayo de 2019, durante el gobierno de Trump, se revisó el acuerdo y se anunció la retirada del mismo, imponiendo un arancel provisional del 17.5% al jitomate mexicano. No obstante, en agosto de ese mismo año se logró un nuevo acuerdo entre los productores mexicanos y las autoridades estadounidenses.
Durante el primer mandato de Andrés Manuel López Obrador, su gobierno negoció con la administración de Trump la entrada del jitomate mexicano sin pagar aranceles, siempre que se cumplieran ciertos requisitos, como el respeto a precios mínimos y auditorías.
Ya en el segundo mandato de Donald Trump, el Departamento de Comercio ha vuelto a revisar el acuerdo y ha impuesto un nuevo arancel del 20.91%. Sin embargo, esta medida difícilmente beneficiará a los productores de Florida y, en cambio, ocasionará graves daños a las agroindustrias mexicanas y, sobre todo, a los consumidores estadounidenses.
En 2024, Estados Unidos importó jitomates mexicanos por un valor aduanal de 3,243 millones de dólares, un aumento del 15% en comparación con 2023. México es el principal exportador de jitomate a Estados Unidos, y el 98% de sus exportaciones tienen como destino este país.

El volumen de exportaciones mexicanas de jitomate alcanzó los 1.8 millones de toneladas en 2024, lo que representa el 55% del mercado estadounidense. Pese al arancel, los consumidores estadounidenses deberán seguir comprando jitomates mexicanos, aunque a un precio más alto. Los agricultores de Florida, si bien son importantes, tienen una temporada de cosecha limitada y no pueden cubrir la demanda nacional durante todo el año.
La producción de jitomate en Florida oscila entre 700 mil y 1 millón de toneladas anuales, lo que resulta insuficiente para abastecer el mercado estadounidense. Además, no tienen la capacidad de incrementar su producción, y su producto no alcanza la calidad ni el sabor del jitomate mexicano.
Se estima que el precio del jitomate mexicano en Estados Unidos podría aumentar hasta un 50% debido al nuevo arancel del 20.91%, sumado a la incertidumbre por la cancelación del acuerdo de suspensión, mecanismo que había puesto fin a la investigación por dumping. Esto podría complicar nuevamente la situación de los productores mexicanos, quienes ahora deben ajustarse a nuevas regulaciones.
México es el séptimo productor de jitomate a nivel mundial y el principal exportador a Estados Unidos, con más de 1.8 millones de toneladas anuales por un valor superior a los 3,300 millones de dólares. Del total exportado, el 98% va a Estados Unidos y el 2% a Canadá.
Recientemente, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo se quejó de que el gobierno de Estados Unidos no notificó oficialmente a la administración mexicana sobre la imposición del nuevo arancel. Además, señaló que no existe un sustituto para el jitomate mexicano en el mercado norteamericano, y desmintió que haya subsidios a los productores mexicanos.
Los agricultores estadounidenses argumentan que el jitomate mexicano se vende por debajo de sus costos de producción, lo cual genera un daño económico al sector local y justifica, en su opinión, un arancel compensatorio. En el comercio internacional, esta práctica se conoce como “dumping”, y consiste en vender productos en el extranjero a precios menores que en el mercado de origen, con el objetivo de ganar mercado y desplazar a la competencia.
Hasta el momento, no existen pruebas de que los productores mexicanos estén recibiendo subsidios, aunque esto parece no preocupar a la administración de Donald Trump.
Lo más lamentable del caso es que supuestos analistas como Mario Di Constanzo celebren la imposición de un arancel que perjudica a México, festejando una medida que, lejos de proteger a los agricultores estadounidenses, encarece los alimentos y daña la economía de ambos países.
Eduardo Esquivel Ancona
Así es Eduardo, Trump ha inventado un juego perverso donde todos pierden, empezando por ellos mismos. Estimo que se retractará o en su defecto comerán unos insípidos hot dogs y burguers